Agua subterránea: El recurso oculto y cómo su regeneración puede salvar nuestro futuro
El agua subterránea representa el 30% del agua dulce mundial. Descubre técnicas innovadoras de recarga de acuíferos, gestión sostenible y casos reales para proteger este recurso vital ante el cambio climático.
La regeneración del agua subterránea es un proceso esencial y podría ser la clave para asegurar nuestro futuro. Este recurso oculto abastece al 30% de la población mundial, de acuerdo con la OMS, y es clave para combatir la escasez hídrica, pero también para sustentar ecosistemas y actividades económicas.
Su importancia radica en su abundancia y distribución global. A diferencia de las fuentes superficiales, como ríos y lagos, los acuíferos subterráneos almacenan grandes volúmenes de agua, protegiéndola de la evaporación y la contaminación. Sin embargo, la sobreexplotación amenaza a este valioso recurso.
¿Qué es el agua subterránea y cómo podemos regenerarla?
Los acuíferos son reservorios naturales que almacenan agua bajo tierra. Algunas de las técnicas que existen para su regeneración son:
Recarga artificial de acuíferos:
- Consiste en aumentar la cantidad de agua que se infiltra en los acuíferos.
- Se logra mediante técnicas como la construcción de embalses, la creación de cuencas de infiltración y la inyección directa de agua en el subsuelo.
- Es una estrategia fundamental para compensar la sobreexplotación y restaurar los niveles de agua subterránea.
Gestión sostenible del uso del suelo:
- Implica planificar y regular las actividades humanas.
- La protección de las zonas de recarga natural, como humedales y bosques, es importante para garantizar la infiltración de agua en los acuíferos.
- La reducción de la impermeabilización del suelo, mediante la promoción de espacios verdes y la construcción de infraestructuras permeables, favorece la recarga natural.
Reducción de la contaminación:
- Consiste en controlar y prevenir la entrada de contaminantes.
- La implementación de sistemas de tratamiento de aguas residuales y la regulación del uso de productos químicos en la agricultura y la industria son medidas esenciales.
- La limpieza de acuíferos contaminados, mediante técnicas de biorremediación y remediación química, es necesaria para restaurar la calidad del agua.
Prácticas agrícolas sostenibles:
- Implica la adopción de técnicas de riego eficientes, como el riego por goteo, para minimizar el consumo de agua.
- La reducción del uso de fertilizantes y pesticidas, mediante la agricultura orgánica y la gestión integrada de plagas, disminuye la contaminación de los acuíferos.
- La rotación de cultivos y la siembra de cultivos de cobertura mejoran la infiltración del agua y la salud del suelo.
Adaptación al cambio climático:
- Conlleva la implementación de medidas para hacer frente a los impactos del cambio climático.
- La gestión integrada de las aguas superficiales y subterráneas, considerando su interconexión, es fundamental para garantizar la disponibilidad de agua en escenarios de sequía y eventos extremos.
- La promoción de la eficiencia en el uso del agua y la diversificación de las fuentes de abastecimiento son estrategias clave para aumentar la resiliencia hídrica.
A través de la implementación de estrategias innovadoras y la adopción de prácticas responsables, podemos proteger este recurso oculto y asegurar un futuro con agua para todos.