Por qué se inunda tanto México en temporada de lluvias y cómo prevenirlo
Por ejemplo, En temporada de lluvias, México sufre inundaciones por factores climáticos, urbanos y sociales. Cómo prevenir y evitar esto.
Cada año, durante la temporada de lluvias, México enfrenta inundaciones que afectan calles, colonias y miles de hogares. Ver avenidas convertidas en ríos o el agua entrando en casas se ha vuelto “normal”, pero no debería serlo.
Estas inundaciones no ocurren por un solo motivo: son la combinación de factores naturales, urbanos, climáticos y sociales que hacen cada vez más vulnerable a la población.
En Quintana Roo, donde la temporada de lluvias coincide con tormentas tropicales o huracanes, la situación empeora.
Para reducir estos episodios y sus efectos devastadores se deben considerar los siguientes puntos: planeación integral, mejora de infraestructura, educación ciudadana y coordinación institucional.
¿Cuándo empieza y cuánto dura la temporada de lluvias?
La temporada de lluvias en México suele abarcar los meses de mayo a octubre, aunque las lluvias intensas son más frecuentes entre junio y septiembre. En estados del sureste, como Quintana Roo, esta temporada también se superpone con la entrada de huracanes y sistemas tropicales que traen lluvias extraordinarias.
En 2025, por ejemplo, se registraron precipitaciones récord en algunas regiones, superando los promedios históricos. Por ejemplo, en la Ciudad de México, junio cerró con 211.6 mm y julio con 131.4 mm, cifras que las autoridades describieron como “récords de décadas”. Estas lluvias extremas saturan los suelos, colapsan drenajes y hacen que el exceso de agua no tenga a dónde ir, generando inundaciones.
Principales causas de inundaciones en México
1. Fenómenos naturales: tormentas tropicales y huracanes
Estos sistemas pueden descargar cientos de milímetros de agua en pocas horas, superando la capacidad de absorción o drenaje urbano. Muchas inundaciones en el sureste están asociadas a la llegada de huracanes o tormentas tropicales.
2. Urbanización desordenada y cambio del uso de suelo
El crecimiento de las ciudades sin planeación hidráulica elimina áreas verdes y zonas de infiltración. El agua entonces fluye sin control y convierte avenidas en ríos.
3. Drenajes insuficientes y falta de mantenimiento
Los drenajes fueron diseñados para lluvias moderadas. La falta de desazolve y la basura acumulada reducen su capacidad, provocando encharcamientos e inundaciones rápidas.
4. Topografía, geografía y suelo natural
Existen zonas naturalmente propensas a inundarse, como llanuras aluviales, márgenes de ríos o depresiones. Urbanizarlas sin estudios de riesgo expone directamente a la población.
5. Cambio climático y patrones extremos
El cambio climático intensifica la frecuencia y magnitud de eventos extremos. Lluvias más intensas, huracanes más fuertes, mayor variabilidad climática: todo esto aumenta la probabilidad de inundaciones más severas.
6. Vulnerabilidad social y asentamientos informales
En muchas zonas, sobre todo periféricas, la gente construye viviendas en terrenos que no son aptos para urbanización (zonas bajas, cauces, pendientes). Esa construcción informal no respeta normas hidráulicas y no se integran drenajes adecuados, lo que expone a la población.
La disponibilidad de agua en México cambia de región a región. ¿Sabías que el sur recibe casi la mitad de toda la lluvia del país? Hoy, más que nunca, entender de dónde viene el agua y los retos que enfrentamos es clave para cuidarla. pic.twitter.com/ygEV8zpYC8
— Aguakan (@DHCAGUAKAN) April 1, 2025
¿Qué se puede hacer para prevenir estas inundaciones?
Algunas soluciones son:
- Planificación urbana integral: Incluir estudios hidrológicos antes de construir nuevas colonias. Evitar urbanizar zonas críticas sin infraestructura adecuada.
- Mantenimiento constante del drenaje: Limpiar regularmente alcantarillas, desazolve de pozos pluviales y canales para asegurar que funcionen adecuadamente en momentos críticos.
- Infraestructura verde: Crear jardines de lluvia, áreas permeables, zanjas de infiltración, árboles que absorban agua, techos verdes. Estas soluciones “naturales” ayudan a retener parte de la escorrentía.
- Actualización de atlas de riesgo: Las ciudades deben tener mapas locales de zonas inundables actualizados (en colaboración con Conagua o autoridades estatales). La Conagua cuenta con un Atlas Nacional de Inundación para muchas ciudades.
- Mejor coordinación institucional: Gobiernos municipales, estatales y federales deben trabajar unidos: Protección Civil, urbanismo, medio ambiente, servicios públicos.
- Educación y participación ciudadana: Que las personas sepan cómo actuar antes, durante y después de una inundación; que participen en la limpieza de drenajes, no tirar basura, respetar cauces naturales.
- Alerta temprana y sistemas de monitoreo: Detectar lluvias extremas, alertas meteorológicas y activar protocolos de evacuación o prevención anticipada.
🚽 El drenaje sanitario recolecta lo que usas en casa y Aguakan lo trata en plantas de tratamiento.
🌧️ El drenaje pluvial conduce el agua de lluvia y lo atienden los municipios.
¡Cuidarlos es tarea de todos! #DrenajeSano pic.twitter.com/LoFJvU0GJm
— Aguakan (@DHCAGUAKAN) October 2, 2025
En lugares como Quintana Roo, donde las tormentas tropicales son cada vez más intensas, las acciones preventivas son urgentes, de modo que, con planeación, educación y participación ciudadana, es posible avanzar hacia un país en el que la lluvia sea sinónimo de vida y no de destrucción.