¿Qué simboliza el agua en el altar de muertos y por qué no debe faltar?
- Dentro de la cultura mexicana, el altar de muertos es una de las tradiciones más ricas y significativas. Por sí solo, es una manifestación de respeto y cariño; pero cada elemento que lo compone es único y tiene un propósito, incluyendo el agua.
En la vida y en la muerte, el agua es esencial, por lo menos a nivel simbólico en éste último sentido. Y siendo uno de los cuatro elementos de la naturaleza, el líquido vital ocupa un lugar primordial en el altar de muertos.
Su presencia no es arbitraria ni reciente, sino que se remonta a las antiguas civilizaciones prehispánicas. Hoy, te contamos más sobre su papel en la celebración del Día de Muertos y en los altares.
¿Qué simboliza el agua en el altar de muertos?
Primero, el agua simboliza la pureza del alma y la vida eterna. Por ello, se coloca para ayudar a los difuntos a saciar su sed después del largo viaje desde el mundo de los muertos. En la tradición, se cree que el camino que recorren las almas es arduo y agotador, y el agua actúa como un bálsamo que reconforta y rehidrata a los espíritus que visitan el mundo de los vivos.
Adicionalmente, el agua tiene un simbolismo de transición y de renacimiento. En muchas culturas, se asocia con la renovación, la fertilidad y el flujo incesante de la vida. En el Día de Muertos, el agua refuerza la idea de que la muerte no es el final, sino un paso hacia otra etapa en la existencia espiritual.
¿Por qué es importante no omitir el agua del altar de muertos?
Omitir la presencia de agua en un altar se percibe como una falta de respeto hacia los difuntos, ya que se les priva de un elemento esencial para su descanso y recuperación durante su visita. Al no incluir éste líquido, el simbolismo de cuidado, pureza y hospitalidad hacia los seres queridos se vería incompleto, y la conexión entre los dos mundos podría no ser tan fuerte.
A grandes rasgos, podemos concluir que el agua en el altar de muertos es más que un simple gesto; es un elemento cargado de simbolismo y de tradición. Su presencia asegura que las almas que regresan encuentren descanso y revitalización en su camino, reforzando los lazos de amor y respeto entre los vivos y sus ancestros.
Colocar agua es un acto de reverencia y gratitud, un recordatorio de que, aunque separados por la muerte, la conexión con los seres queridos permanece.