Las ciudades del mundo que mejor cuidan el agua y qué podemos aprender de ellas
Descubre qué ciudades del mundo cuidan mejor el agua y qué estrategias pueden aplicar en Quintana Roo para asegurar un futuro sostenible.
El cuidado del agua garantiza bienestar, salud y desarrollo sostenible. En Quintana Roo, la conservación y el manejo responsable de este recurso es una prioridad, sobre todo ante los retos de la escasez, el crecimiento poblacional y el cambio climático.
Observar cómo otras ciudades líderes han desarrollado estrategias de éxito en gestión hídrica ofrece modelos que pueden inspirar y adaptarse al contexto local.
Ciudades que mejor cuidan el agua en el mundo
Singapur: eficiencia hídrica y tecnología avanzada
Singapur es referente mundial gracias a su sistema NEWater, plantas de desalinización y sensores inteligentes que reducen pérdidas. Su combinación de tarifas claras, conciencia ciudadana y planificación a largo plazo le ha permitido alcanzar casi la autosuficiencia hídrica en varios periodos.

Singapur es un referente mundial en el cuidado del agua. Foto: Freepik
Ciudad del Cabo, Sudáfrica: gestión ante crisis de sequía
Durante la crisis de sequía de 2017-2018, Ciudad del Cabo implementó medidas de restricción del consumo, campañas intensivas, tarifas progresivas, además de incentivar tecnologías domésticas de ahorro de agua. Aprendió a diversificar sus fuentes, a promover la reutilización, y ajustar la demanda ciudadana.
Medellín, Colombia: manejo integrado del agua urbana
En Medellín, se ha desarrollado un modelo de gestión integral del agua urbana: cobertura casi total de agua potable, saneamiento, manejo de cuencas, participación institucional fuerte, restauración ecológica, infraestructura que incorpora protección de cuencas.
Su ejemplo muestra que instituciones técnicas fuertes y especializadas (como la empresa de servicios públicos) pueden coordinar mejor que sistemas fragmentados.
São Paulo, Phnom Penh y Lingyuan: casos del Banco Mundial
- São Paulo, Brasil: optimización de plantas de tratamiento de aguas residuales, mejorando la calidad del agua retornada al ambiente, reduciendo contaminación.
- Phnom Penh, Camboya: la autoridad local de agua logró reducir pérdidas no cobradas de agua (“non-revenue water”) y mejorar eficiencia operativa, lo que es fundamental para cuidar el recurso cuando la infraestructura es antigua o poco mantenida.
- Lingyuan, China: ejemplo de reutilización de aguas residuales tratadas para usos industriales y restauración de ecosistemas, cerrando ciclos hídricos y fomentando la economía circular.
Jordania: desalinización con energía renovable
El proyecto Aqaba-Amman Water Desalination and Conveyance Project en Jordania es un gran esfuerzo para asegurar suministro de agua potable mediante desalinizacíon del Mar Rojo, y transporte de esa agua hacia regiones interiores, con apoyo de energías renovables, para enfrentar déficit hídrico severo.
Ciudades “esponja”: la naturaleza como aliada
En China, hay muchas “ciudades esponja” que buscan manejar las aguas lluvias mediante infraestructura verde, superficies permeables, restauración de ecosistemas para absorber y retener agua, en lugar de depender solamente de drenajes convencionales.
Otro ejemplo notable de este gran manejo, fuera de China, es el Benjakitti Forest Park en Bangkok, Tailandia, que fue diseñado con áreas de almacenamiento de aguas lluvias, humedales, espacios verdes inundables para eventos de lluvia intensa.
Principios clave de las ciudades que cuidan bien el agua
Algunas características que definen el éxito en el cuidado del agua, son:
- Diversificación de fuentes de agua: Desalinización, reutilización de aguas residuales, agua de lluvia, recuperación de manantiales o cuencas; no depender solo de una fuente.
- Reducción de pérdidas: Reparar fugas, mejorar la eficiencia de redes de distribución, sistemas inteligentes de detección de pérdidas.
- Infraestructura verde: Parques inundables, humedales, superficies permeables, cuencas restauradas, “sponge cities”. Ayuda con inundaciones, recarga de acuíferos, mejora microclimáticos.
- Políticas tarifarias y regulaciones que incentiven buen uso: Tarifas progresivas, normas de construcción con instalación de tecnologías de ahorro, cumplimiento legal, estándares de eficiencia.
- Tecnología, digitalización y monitoreo: Sensores, IoT, sistemas digitales de gestión del agua permiten detectar problemas, ajustar demanda, optimizar operación.
- Participación ciudadana y cultura del agua: Educación, conciencia comunitaria, reportes de fugas, colaboración social; indispensable cuando restricciones u obligaciones afectan al usuario.
- Planificación a largo plazo y resiliencia climática: Prepararse para sequías, lluvias intensas, variaciones en disponibilidad de agua; adaptar infraestructura para extremos climáticos.
Las ciudades más exitosas del mundo han demostrado que la combinación de tecnología, naturaleza, políticas inteligentes y cultura ciudadana hace posible preservar el agua para las próximas generaciones.
En Quintana Roo, replicar y adaptar estas experiencias permitirá garantizar agua potable de calidad, proteger los ecosistemas y mejorar la calidad de vida de sus comunidades. Aprender de otros es anticipar problemas y actuar antes de que la escasez o el deterioro se conviertan en un obstáculo insalvable.